Archive for Pintura o similares

La providencia

Tuve la suerte de conocer a Flavia Totoro el otro día por pura casualidad. Salíamos de comer de uno nuestros restaurantes indios favoritos, el Ganga, sencillo pero sabroso, y al pasar delante del Centro México Madrid vimos que había una exposición aparentemente atractiva. Qué mejor forma de hacer la digestión del cordero tikka masala que con talento plástico del bueno. Y así nos encontramos con Mexclarte, una iniciativa que aglutina a artistas mexicanos afincados en España, principalmente en su capital. Su primera exposición colectiva se clausura este mismo sábado -ya lo siento-, pero estoy seguro de que habrá nuevas oportunidades.

La muestra, de escultura, pintura, fotografía y videoarte, reunía una colección heterogénea en lo artístico, homogénea en lo cultural si nacer en un país se puede tildar de eso. De hecho, parecía haber un leitmotiv en casi todas las obras que te arrastraba a esos 9000 kilómetros de lejanía física, que no emocional. Me gustó. Me llamó especialmente la atención una de las pinturas, un enorme carboncillo mitológico con el nombre de Diosa azteca. Y la providencia quiso que su autora estuviera precisamente allí. Flavia Totoro se nos abrió de par en par. Su entusiasmo brotaba al mismo ritmo que te envolvías en todas las historias que aglutina el lienzo. La diosa preñada, henchida, que acoge y mantiene la distancia, que encierra en sí a todas las diosas precolombinas y las vírgenes católicas. Una metáfora geométrica, un bucle que crece entre la vida y la muerte.

Flavia transmite. Se nota. En ella y en su arte. Sólo hay que ver las miradas de sus retratos –Paisaje anónimo– que se exponen en el Instituto Mexicano en España, en la carrera de San Jerónimo, frente al Congreso de los Diputados. Hasta el 8 de junio.

Lienzos nómadas y arte subterráneo

'El abrazo', de Juan Genovés

'El abrazo', de Juan Genovés

El tono político es evidente. Lo suscribo. Pero no hay que olvidar el componente artístico. El abrazo tiene la calidad necesaria para no estar escondido en un sótano. Y más cuando algunas de las obras que cuelgan permanentemente en las paredes del Reina Sofía, para mi gusto, sí podían estar en una cueva en montañas lejanas. Y tan ricamente. Lo que me preocupa es que, al igual que esta pintura archiconocida del valenciano Juan Genovés, anden almacenadas por ahí otras obras de indudable calidad. No sólo en la pinacoteca de Santa Isabel 52. Sino en otras como El Prado, donde por muy grandes que sean sus salones, por muchas ampliaciones que se le añadan, no hay espacio suficiente para tanto tesoro.

Y no es plan tampoco que las obras vayan de un sitio para otro como almas errantes, como lienzos nómadas, con el riesgo evidente para su propia conservación (y propiedad). ¿Pero no habría una posibilidad, aunque fuera ligera, de generar más espacios públicos donde encontrar y encontrarnos con ese arte oculto? En ocasiones, una sola obra es excusa suficiente para visitar un lugar. Recuerdo en mi primer paseo por Roma ir ex profeso a San Pietro in Vincoli para admirar El Moisés; o a Santa Maria in Cosmedin para confesar mi amor a mi Audrey Hepburn ante la Bocca della Verità. O, sin ir más lejos, entrar a Santo Tomé, en Toledo, para contemplar únicamente El entierro del señor de Orgaz que Doménikos Theotokópoulos pintó allá por el XVI. A lo mejor Genovés no es El Greco. Pero seguro que El abrazo merece su sitio, el Congreso de los Diputados, como se prometió en la pasada legislatura, o donde considere la autoridad. Como otras obras, por desconocidas que sean, que se aburren mirándose unas a otras en los bajos de nuestros mejores museos. Muchos querrían, muchos quiséramos, poder crear una exposición fija con lo que, por desgracia, es sólamente categoría de arte subterráneo. Hay tesoros ocultos que no se merecen estar tan abrigados, por mucho que así ni pasen frío ni les caiga polvo. 

Por ejemplo, aquí van media docena de cuadros que no están expuestos, que no han tenido la suerte de disponer de un clavo al que agarrarse, de una pared que Patrimonio Nacional les ceda para el disfrute de todos. Todos ellos están en depósito en el Museo Nacional del Prado.

'Paisaje', de Eliseo Meifrén Roig

'Paisaje', de Eliseo Meifrén Roig

 

'Ordenación y primera misa de San Juan de Mata', de Vicente Carducho

'Ordenación y primera misa de San Juan de Mata', de Vicente Carducho

 

'Noticias frescas', de Luis Graner y Arrufi

'Noticias frescas', de Luis Graner y Arrufi

 
'Oración en el Huerto', de Domenico Tintoretto

'Oración en el Huerto', de Domenico Tintoretto

 

'La prueba del fuego' (Santo Domingo y los albigenses), de Pedro Berruguete

'La prueba del fuego' (Santo Domingo y los albigenses), de Pedro Berruguete

'Paisaje con pastores y ganado', de Adriaen Fransz Boudewijns

'Paisaje con pastores y ganado', de Adriaen Fransz Boudewijns

La esencia de la esencia

Lápiz y papel. Es lo básico. Lo esencial. Seguramente la materia prima que todos nos hemos animado a usar cuando en el pupitre nos creíamos artistas. Sin pretensiones. O con ellas. Y ese espíritu primigenio cala en la obra de Ignacio Alcázar. Trazo tan firme como onírico, arrancando jirones de esencia a una realidad cotidiana. Coloco la vista en un plano, me quedo con una parte y cuento una historia. Me gusta. Y la mezclo hasta saborear una metáfora visual que no ha hecho nada por esconderse. Veo y oigo. Ruidos, melodías, susurros. Cada obra, una escena. Cada escena, un espíritu de diseñador y arquitecto, pero ante todo, de un artista. Y un retratista. Porque con dos o tres detalles, un par de ojos, pelo y poco más, a veces nada más, logra introducirte en su universo. Lo mejor, que te capta, que lo consigue, que eres tú en todo. La esencia de la esencia

La exposición, en la galería Movart de Madrid, que a partir del día 5 colgará la obra de Miguel González de San Román. Tiene también muy buena pinta.

Buena impresión (digital)

Lo mejor del arte es que te lo puedes encontrar en todas partes. Sólo hay que mirar con ojos de querer toparte con él. O descubrirlo de manera formal, como una exposición, pero en un Centro Cultural de barrio sin grandes pretensiones. Por ejemplo, el otro día, al salir de hacer como que me doblaba en yoga (y madrugo, que conste, para acudir a la clase, en La Elipa) me paré en la muestra Entre sombras (obra gráfica 2007-2010), de Enric Bardera (impresiones digitales en papel y aluminio). Reconozco que después de un cuarto de hora de meditación la vida se ve de otra manera. Y también que no creo que acabe ninguno de estos ejemplares en El Prado o el Reina Sofía. Y que no pagué nada por visitarla, ya que la entrada es gratuita. Pero la interpretación y reinterpretación de lo cotidiano me pareció, como poco, curiosa. ¿Por qué un árbol desnudo no va a poder ser el origen de una concepción artística? Al contrario. El mundo que nos rodea es la verdadera esencia del arte. Sólo, como he dicho, hay que mirar de otra manera. O, simplemente, mirar.

Entre sombras (obra gráfica 2007-2010), hasta el 13 de abril de 2011 en el Centro Cultural de La Elipa, calle Santa Felicidad, 39, en Madrid.

La imaginación de Maxime Bruneel

Maxime Bruneel es un director de arte y diseñador con residencia en Londres. Mathieu Lippé es un músico y poeta canadiense. Ambos se han unido para crear este vídeo. El resultado, muy interesante. Realmente, todas las creaciones de Bruneel lo son. Un juego de evolución constante, de transformación, de metamorfosis onírica. La música de Mathieu Lippé es perfecta para ese día en el que la lluvia golpea suave la ventana, las gotas ruedan buscando unirse, la ventana de enfrente se intuye y la imaginación se dispara. De momento, sólo ha editado un álbum, Là où le coeur mène. En directo se prodiga mucho más.

www.maximebruneel.com

www.mathieulippe.com

El proceso creativo en su integridad

 


Si quieres ver cómo se creó esta obra, ‘Off the mountain (and around i’ll run)’, aquí tienes el enlace
http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=15289130&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=1&show_portrait=1&color=&fullscreen=1&autoplay=0&loop=0

Sean Keany from Taylor Larison on Vimeo.

Sean Keany es un artista peculiar. Surfero y patinador del sur de California (casi es inevitable como algo intrínseco a la zona), sufre de esas influencias playeras en buena parte de su obra. Cuatro exposiciones y nueve colecciones le avalan. Pero sobre todo se nota que disfruta. En el vídeo, en el que se puede seguir paso a paso, en un momento, cómo engendra su pintura, se descubre cómo de unos brochazos multicolores puede surgir toda una catarata expresiva y refrescante. Tal vez no sea el mejor pintor de la historia. Seguro. Pero sólo ver el vídeo -es a cámara rápida, en muy pocos minutos-, cómo le da vida a un lienzo en blanco, resulta una experiencia entretenida.

Se puede contemplar su obra en SeanKeany.com

Horizontes policarbonatados

Realmente el trabajo de esta mujer me gusta. Lo último, Entropías, supone un giro en lo que había visto de ella hasta ahora. Policarbonatos celulares, material industrial que María Aranguren convierte en arte. Un proceso creativo que invita a participar. Ciertamente no se me ocurriría colgar uno así en casa. O por qué no. Tal vez obras anteriores, en tela, sean más convencionales para decorar una pared. Y calidad en ella hay en buena parte de su carrera. Su nueva serie estará expuesta en la Galería Astarté de Madrid desde el 21 de octubre hasta el 27 de noviembre de 2010. Como para darse una vuelta. mariaaranguren.com