Archive for agosto, 2011

Guetta, que no jeta

Un poco vividor, sí. Pero es lo que tiene la noche. Siempre he admirado a los discjockeys que aportan valor añadido. Para pinchar discos, vale cualquiera. Para crear una línea musical coherente, la cifra se reduce. Y casi se queda en la mínima expresión si añadimos otra incógnita a la ecuación: fusionarse con el público. Recuerdo hace unos años que se empezó a poner de moda los discos de mezclas. Juraría que no tengo ninguno de aquella época, pero la horquilla era impresionante entre los mix terriblemente malos y los excelentes (para los que les gustara todo aquello). Confieso que siempre me picó la curiosidad por hacer un poco de scratch en mi tocadiscos, pero era cobardica. El cabezal de la aguja necesitaba algo de peso para que no saltara de surco en surco y no era plan que la peseta que tenía colocada para ejercer esa función se acabara cayendo. Respeto demasiado los vinilos para destrozarlos por muy horribles que sean los atentados auditivos que contengan.

No era (ni soy) de discotecas (he veraneado una vez en Ibiza y no he pisado ninguna, ahí queda eso). También he tenido la suerte de que los únicos diyéis que conozco personalmente, Txema Pinto y Dani Reoyo, son muy buenos y lo poco que he escuchado en vivo después no ha estado a la altura. O las circunstancias no eran las mismas, que todo influye. Y entre lo enlatado, de las pocas excepciones de artistas que me han encadilado en estos lares musicales, el galo David Guetta. Y parece hasta un chico majo. Mañana pone a la venta su último disco, doble para más señas (sólo un cedé en la versión estadounidense, chincha). Que nadie se sorprenda. Pero suena bien. Muy bien.

Más info sobre Nothing but the beat en su propia página web http://www.davidguetta.com

Tras Where them girls at, que ya ha sido un éxito todo este verano, el segundo sencillo del álbum, Little bad girl, tiene también su videoclip listo.

Llega la colectatura (on-line, pero versión papel)

No. No es nuevo. No es la primera vez que VVAA firma un libro. Ni siquiera una obra única y de ficción. Pero no puedo empezar tan negativo. Arranco otra vez.

Parece mentira. De lleno en la segunda década del siglo XXI y todavía hay cosas nuevas por hacer y descubrir. Y yo sin gorro de plumas. Tengo que revisar mi fondo de armario aventurero. No así mis estanterías, porque acabo de terminar toda una novedad, un experimento narrativo que surgió on-line pero se ha hecho carne de papel.

Abro paréntesis. Hablar de carne de papel me ha recordado una novela fantástica en todos los sentidos y que, en su propia edición, también resultó un experimento curioso. La gente de papel, del mexicano Salvador Plascencia, editada por Mondadori. Cierro paréntesis.

www.tobe-continued.com (‘continuará’, toma N. del T. que me he marcado) inició el proyecto. Eligieron un padrino que escribiera el primer capítulo. A partir de ahí, lo que los participantes fueron creando. Un comité editorial seleccionó e hizo crecer la novela. En letras e ilustraciones. Pero Internet sabe a poco. Por mucho que estemos de lleno en la segunda década del siglo XXI el papel tiene ese empaque que lo virtual (este blog sin ir más lejos) no llega a materializar. Por eso, Voces para un blues negro puede presumir de ser la primera novela negra colectiva redactada on-line y editada como toda la vida. Y lo cierto es que el resultado está muy por encima del título. Si no lo sabes, no te das ni cuenta de que las aventuras del detective Fermín Colifatto las han parido distintas cabezas. Si se prefiere, no es un acabado irregular en el que unas partes quedan desconchadas, otras de gotelé, otras de cenefas y otras de mármoles de Macael.  

Sí, reconozco que con Santiago Roncagliolo (Pudor, Abril rojo) como maestro de ceremonia inaugural no podía más que lanzarme a la lectura. Me gusta cómo escribe este limeño. Y no por pendolista. Desconozco cómo explaya su caligrafía. Sino porque es de esos autores que cualquier cosa que le leo veo bueno.

Roca Editorial ha apadrinado esta empresa. Y si ya de por sí editar un libro tiene ese toque de andanza de espíritu arriesgado, dar vida a este puzle literario tiene más miga todavía. Al menos, tendrán su mención en los libros de literatura si este nuevo género, por decir algo, llámalo colectatura, cooperatura o multiratura acaba por hacer algo propio. Si no, bienvenidos los experimentos. Al menos, como éste.

Además de currarse un vídeo para ‘anunciar’ la novela, han hecho lo propio otro con las ilustraciones (que, entiendo, por costes, se han editado en blanco y negro y no en color, una pena, como los originales).

Y puedes bucear en todo el proceso de creación de la novela, leer los capítulos finalistas y más en la página del proyecto http://tobe-continued.com/

Steven ‘Súper cómodo’ Spielberg

Sólo había escuchado dos comentarios sobre la película. Uno, que era como volver a la infancia, un homenaje a ET o Los Goonies. Otro, que ya se entendía el final insatisfactorio de Perdidos: J. J. Abrams estaba con la cabeza en este trabajo en vez de rematar una serie que, pese a todo, sigue siendo uno de los mejores trabajos televisivos en mucho tiempo. Aunque muchas veces resulta imposible, me gusta ver las películas sin saber absolutamente nada del argumento. Y ésta fue una de esas ocasiones. Lo único, que con esa información previa había que prepararse en condiciones. Si era un homenaje a nuestros ‘clásicos’, había también que poner de nuestra parte. El cine Capitol, en la Gran Vía madrileña, nos ofrecía la cinta en la sala 1. Perfecto. Sala grande, como hace años. A eso le añadimos un combo de palomitas que resultó un cubo casi de los de pasar después la fregona. Y dos refrescos nada menos que de 75 centilitros. Sólo faltó el poder haber tenido entradas de gallinero, las que nos podíamos permitir en nuestra niñez para poder ir, al menos, una vez cada fin de semana al cine. Si hubieran puesto algún cortometraje antes, la velada hubiera resultado ya todo un viaje astral. Así que con toda nuestra inocencia (y rodeados de treintañeros) nos dispusimos a ver la última apuesta de Spielberg. Por supuesto, Super 8 no llega a estar a la altura de otras obras dirigidas o producidas por don Steven. O, al menos, no me ‘arrebató’ como en ocasiones anteriores.

Recuerdo cuando salí del cine muchos años atrás de ver Encuentros en la tercera fase. Le dije a mis primos mayores con los que acudí (juro que la anécdota es verídica) un emocionado «quiero ver las dos primeras». Compredme. Era un churumbel. Pero esta producción cumple con lo que esperas. La factura, impecable. El efecto envolvente de Abrams, suficiente. El trabajo de los niños actores (siempre tan complicado como infructífero en los resultados), notable. En especial Ellen Fanning, una nueva aportación de la saga familiar. Lo mejor, que es una película de aventuras al uso, sin discursos grandilocuentes sobre la libertad ni otras patrioterías de las que tanto abusa Hollywood en los últimos años. Y no cuento más para los que, como yo, no quieren saber nada antes de ponerse ante la gran pantalla. Ni siquiera haré la comparativa con otra película que vi al día siguiente en DVD, de temática similar, presupuesto similar, pero factura y acabado completamente distinto. Lo dejo para un artículo posterior. Os dejo unas semanas para que intentéis buscar un cine con sala grande para, seguro que lo conseguís, retroceder tres décadas. Si tenéis hijos, sobrinos o similar, id juntos. Si no, tampoco os privéis. No será la mejor película de vuestra vida. Una más de las que firma Spielberg, en su estilo, sin arriesgar, cómodo como pocos se pueden permitir. Pero sólo por la experiencia, creo, merece la pena.