Archive for noviembre, 2011

¡Todas a la cárcel!… al son del jazz

Me gusta la música. Me encanta. Toco (más bien tocaba) tres instrumentos y, aunque nunca lo he puesto en mi currículum, tengo completa la carrera de solfeo. Pues los musicales no me van. Entiendo que será la combinación de elementos la que me chirría. Aún así, he visto unos cuantos. El último, uno de los que más fama acarrean. Como que tiene película y todo. De hecho, una persona con mis mismas reticencias (no le saques más allá de Siete novias para siete hermanos) ya me había hablado -bien- de ella, de la película. Me refiero a Chicago, esa historia carcelaria, basada en un hecho real, ambientada en la capital de Illinois en los años 20. Mejor dicho, en la penitenciaría para mujeres, a la que va a parar Roxie Hart. Una prisión que se transforma en toda una escuela musical en la que Roxie y Velma, otra de las presas, sueñan con ser grandes estrellas del musical aprovechando también la fama de su propia historia criminal. Hala. Ya la he destripado. No, qué va. He contado dos pinceladas y ya está.

Personalmente, me gustó Marta Ribera (Velma, la Catherine Zeta-Jones de la película) y María Blanco (Roxie, la Renee Zellweger en la versión que dirigió Rob Marshall para el cine). Y, sin duda, la orquesta. Su interpretación, fantástica y perfectamente incrustada en la historia. Eso sí, bajo mi gusto, al musical, bien en general, le sobra media hora. Así, al peso. Algún número, directamente, yo me lo cargaba. Pero claro, si dice The New York Times que es «la mejor comedia musical de todos los tiempos», quién soy yo para decir lo contrario. Al menos me gustó bastante más que Los miserables, al que creo que el paso del tiempo no le ha sentado nada bien.

Como tampoco le sienta bien a algunos textos ser traducidos. No lo digo por el libreto de la obra. La adaptación de Víctor Conde y Alicia Serrat está perfecta. Me refiero al programa de mano, en el que nos cuentan las virtudes de Stage Entertainment, la empresa que ha montado (loable tarea) la producción. Reproduzco la parte bajo el título ‘Teatro y salas’:

Nuestros 30 teatros juegan un papel muy destacado en la filosofía de nuestra empresa, ya que todos aquellos que visiten un teatro de Stage Entertainment sentirán una calurosa bienvendia a su llegada. Tanto en el clásico Teatro de Mogador de París, en el Metronom de Oberhausen, el Teatro Beatrix de Holanda o en el teatro que  la compañía posee en Nueva York con 5 salas, el entretenimiento comienza cada noche cuando el espectador llega a la puerta del teatro y no sólo cuando se sube el telón. Nuestro objetivo es brindar la mejor de las experiencias y nuestro equipo está centrado firmemente en brindar un excelente servicio al cliente. Queremos superar las expectativas antes de que el espectáculo comience con nuestros bares y restaurante, guardarropas, amplios y elegantes vestíbulos, nuestras tiendas de merchandising y exhibiciones de arte. Un buen teatro está en el corazón de la vida cultural de una ciudad. Un gran teatro es donde la gente, el arte y el entretenimiento van unidos.

Y sigue en ‘Desarrollo creativo’:

Además, estamos incrementando el énfasis en el desarrollo de nuestros propios espectáculos, una política que ya ha dado sus frutos con el éxito de producciones como Ciske de Rat, Ich war niemals in New York…

Vamos, que semejante inversión, pues podrían traducir al castellano de toda la vida estos párrafos que, si hacéis la prueba sale, se pueden traducir literalmente al inglés sin que suene mal. No en vano, la vida es cuestión de detalles.

Chicago ‘El musical’ estará en cartel, en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid, hasta el próximo 5 de febrero. Y los precios, a partir de 16,90 euros. Si te gustan los musicales, la oportunidad es para no perdérsela.

De raras fobias filiales

Estaba preparando esta entrada (Valeria lo sabe, se lo comenté hace un par de semanas) sobre José Donoso cuando hoy se me ha precipitado al blog. Acabo de leer en el diario El País que Pilar, su hija, ha sido hallada muerta en su casa de Santiago de Chile. Ocurrió el martes 15 de noviembre. Descansa en paz, Pilar. Buscaré, para honrarla, tu memoria, la que dejaste escrita en Correr el tupido velo y con la que acabaste compartiendo editorial con tu padre. Alfaguara editó la única obra de Pilar Donoso, ese repaso a la atormentada vida familiar, el año pasado. Este 2011, en julio, acabó de reimprimir El lugar sin límites, una de las novelas cumbre de su progenitor.

El escritor y periodista José Donoso la escribió en 1966, pero sigue teniendo una vigencia punzante y vital. Una historia nocherniega de latifundio y lenocinio que juega con la identidad, las ansias y los sueños enmarcados en el universo propio del autor chileno. Todo un acierto recuperar la historia de la Manuela. Historia que, como en muchos casos, alguien se ha encargado de traspasar a la gran pantalla. Arturo Ripstein convirtió el papel en celuloide en 1977, como en otras ocasiones ha hecho con otros libros. Por poner dos buenos ejemplos, El coronel no tiene quien le escriba, obra homónima de Gabriel García Márquez, o La virgen de la lujuria, basada en el relato de Max Aub La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco. Sé que la adaptación de Ripstein de El lugar sin límites es uno de los títulos claves de la filmografía del mexicano. Pero película de la que, de momento, y con todo el respeto, me voy a abstener. El libro abrió mi mente. No necesito una película para que me la cierre.

Un lugar sin límites está editada por Alfaguara

El chef ha muerto… ¡Viva el chef!

Veo que Ferrán Adriá ha escrito un libro. Muy bien. Enhorabuena. Pero puestos a leer algo de cocina y literatura, en plan bien mezclado, con buenos ingredientes y mejor sabor de boca, pues me quedo con una novela, ópera prima, de mi amiga Yanet Acosta. Sí. Sé que no es de buena educación hablar de los amigos. Sí. Sé que va contra el buen protocolo en la mesa. Pero de vez en cuando hay que coger las viandas con las manos y devorarlas con pasión. Es lo que me ocurrió cuando compré su libro. Sí. Lo compré. Ya he dicho que es amiga. Es más. Todavía no me lo ha dedicado. Eso quiere decir que hace tiempo que no nos vemos.

Como no me gusta revelar absolutamente nada de qué va el libro, sólo diré que es una historia de misterio ambientada en el mundo gastronómico. Una novela negra gastronómica si se prefiere. Cierto es que los que ronden ese universo notarán algunas referencias. Aunque la más clara no fue premeditada: la muerte de Santi Santamaría, uno de los cocineros españoles más reconocidos. Falleció en su restaurante de Singapur en febrero de 2011. Estaba con unos compañeros míos haciendo una entrevista. Se sintió indispuesto, intentó salir a tomar aire y se desplomó. Murió prácticamente entre los fogones, con el micrófono de corbata todavía puesto. Porque a veces la realidad supera la ficción. Aunque esta ficción, la firmada por Yanet Acosta, El chef ha muerto, esté sabrosona.

Más información sobre la obra en http://elchefhamuerto.wordpress.com/

El chef ha muerto, de Editorial Amargord

Yo soy más de Astérix

En esta fiebre tintiniana que nos ha entrado aquí a todos, yo confieso que a mí ni fu ni fa. Que nunca me ha dado por el del flequillo. Reconozco que la peli que le han dedicado tiene mucho mejor pinta que las de los héroes galos. Y que estéticamente, para ser cool, puede quedar mejor colgar un cuadro basado en una viñeta o en una portada de la obra de Hergé que en una de Uderzo (y Goscinny). Pero yo me sigo quedando con Astérix. Y Obélix.

De hecho, Obélix y compañía fue el primer cómic de la colección que cayó en mis manos cuando no era todavía ni proyecto de persona. A partir de ahí, fui leyendo todos. Con el tiempo, me pegué el gustazo de comprarme la colección entera. En tapa blanda, una edición especial económica que salió, si no me equivoco, hace unos 15 años (o más, pero miedo me da calcularlo).

Seguro que Tintín será la bomba. Pero al igual que en la literatura, que pasé de golpe de los Hollister a Agatha Christie, yo ya andaba enfrascado en cómics de otro calibre para cuando me hubiera tocado leer algo del reportero y su perrito. Una vez cogí uno de los tomos del belga. Juro que me resultó aburrido por no decir otra cosa. No descarto que en otra ocasión vuelva a hacer un intento a ver si mis humores me colocan a la misma altura que los miles de devotos de sus aventuras.

Mientras tanto, sigo disfrutando con las historietas de Lutecia, de Abraracúrcix y los suyos. Me da igual que puedan ser repetitivas. Que el pobre Asurancetúrix acabe amordazado y los romanos soñando con que llegue el relevo. Lo que yo sigo soñando, que es posible poner en jaque a los todopoderosos. Que hay que ser irreductible a las convicciones. Y que se puede defender lo propio en armonía con el resto. Eso sí, no hay redbules que valgan. Donde esté una buena pócima…

Y mientras encontramos la fórmula del brebaje, podemos volver a retomar los clásicos que crearon Albert Uderzo y René Goscinny. Desde hoy, día 11 de noviembre, Salvat, a través de la editorial Bruño ha sacado a la venta la colección remasterizada. Sí, como si fuera una reedición de los éxitos musicales de Procol Harum o los Ramones. De momento, los 4 primeros tomos (tanto en castellano como en catalán; en euskera sólo los dos primeros). Un tamaño más grande y con una nueva versión restaurada, con colores e imágenes más nítidos. Las traducciones están revisadas y corregidas. Y en las páginas finales se incluyen planchas originales, ediciones de otros países y otras curiosidades. En primavera saldrán los cuatro siguientes. Y así, hasta completar la obra.

Astérix La Gran Colección está editado por Grupo Editorial Bruño

Santiago, sí. Luis, también.

Fue un amigo, Alberto, el que me enganchó a Radio Futura. Corría el año 87. Acababa de comprar un vinilo, La canción de Juan Perro. Lo escuchamos en su casa. Cómo sonaba. Como primero que oí, la primera impresión es la que queda, es el disco que más me gusta de la banda. Aunque el tema que más me pone, sí, me pone, es de otro LP. De un país en llamas (1986) me quedo con No tocarte.

Y reconozco que también me priva Ésta o cualquiera de las otras muchas versiones que se han hecho.

Una ve z confesada mi devoción por Radio Futura (los mejores, sin duda), cómo no me iba a encantar el Premio Nacional de Músicas Actuales que han otorgado a Santiago Auserón. Ante todo, porque eso de ‘actual’ rejuvenece a cualquiera. También a los que llevamos un tiempo tarareando sus canciones. Pero eso demuestra que Auserón sigue en boga, que de demodé nada de nada.

Ha llovido mucho desde la última vez que lo escuché en vivo y en directo. Fue en Gijón. Allá por septiembre de 1997. 10 años después de escuchar La canción de Juan Perro iba a oír al mismísimo… Juan Perro. Me pareció increíble. Todo energía. Joven, como si hubiera pactado con el diablo. No me extrañaría en absoluto.

Y cómo Juan Perro sigue. Desde 1993 en que creó el personaje, hasta la fecha. 18 años. Mayorcito de edad.

Pero cuando he visto en televisión la noticia de su reconocimiento, han destacado su época de Radio Futura y sus años como Juan Perro. Se han olvidado, obviado o eliminado (por desconocimiento o, entiendo, falta de tiempo) el gran trabajo de versiones Las malas lenguas, que en 2006 grabó con su hermano Luis Auserón.

Y es de Luis de quien me quiero acordar hoy en este día en el que a Santiago le sobrarán todos los reconocimientos.

Santiago coprodujo a Luis su segundo trabajo, El caos y el orden (1997). Su debú en solitario fue 3 años antes, con En la cabeza, que es el que estoy escuchando ahora mismo, mientras escribo estas líneas. Es mi pequeño homenaje.

Como no acabo de encontrar en Internet algunos temas de esos dos trabajos, os dejo tres vídeos para que tengáis presente a la sombra luminosa del magnífico Santiago Auserón, alias Juan Perro. Luis, el hermanísimo.